lunes, 29 de noviembre de 2010

La Rosa Purpura del Cairo. Woody Allen




Durante la crisis Americana de los años 30 Cecilia, vive en una pequeña ciudad de New Yersey y trabaja en un bar, y a ella le gusta olvidar su terrible estilo de vida en la sala de cine. Al encontrarse con la explotación de su trabajo y los malos tratos de su marido, la convierten en una soñadora que intenta escapar de todo a través de la gran pantalla.
De pronto todo cambia cuando un día va al cine a ver por cuarta vez la película de "La rosa púrpura del Cairo" y a su protagonista Tom Baxter, y éste de repente huye   de la pantalla, ya que se siente muy aburrido de repetir su papel, ellos salen a pasear y Cecilia le muestra el pueblo y como es la realidad  y después de un día el se enamora profundamente de ella. Este acontecimiento hace que los productores y el actor principal que interpreta a Tom Baxter, vallan al pueblo para restablecer la situación anterior. El actor también conoce a Cecilia y se enamora de ella. Cecilia decide romper con su marido, ya que se le presenta una oportunidad única.
Tom Baxter después de un tiempo descubre las diferencias entre el mundo real y el ficticio.
Cecilia entra en la película, y al salir de la pantalla Cecilia opta por el actor frente al personaje de ficción y Tom Baxter vuelve a la película apenado por no haber cumplido sus sueños. A pesar de que Cecilia elige a Gil Shepherd " el ator que representa a Ton Baxter" éste la abandona. Cecilia vuelve a la sala de cine dónde permanece encantada por otra película.

La película se abre y se cierra con Cecilia mirando atentamente, incluso al principio podríamos decir que nos mira a nosotros, intentando darnos un mensaje, que no se conoce hasta el final de la película. Desde la antigüedad los filósofos utilizan la metáfora de la miaja que ve el mundo de otra manera: ver es conocer y en el habla popular aún encontramos la identificación entre la mirada y el conocimiento, la filosofía tiene que empezar por encontrar problemático lo que para nosotros es evidente, claro y transparente.
La posición física del cine es como un espejo del agujero de la caverna que platón dibuja en el mito más conocido de toda la historia del pensamiento (el mito de la caverna). Hay un primer espacio, el más alejado de la salida, dónde se encuentran unos personajes encadenados, ante ellos, la pared de la cueva dónde se reflejan las sombras: el lugar de las butacas en el cine dónde se sienta la gente y la pantalla, dónde se ve la película. Hay un segundo espacio, el de la simulación, por él circulan unos personajes detrás de un muro de la misma altura que sus cabezas, y hacen desfilar objetos, cuyas sombras verán los prisioneros.
El tercer espacio es una gran fogata, la luz con la que se proyectan las sombras de los objetos que están sobre el muro de piedra del fondo de la caverna: esto vendría siendo la sala de proyección y el proyector mismo, el cual genera la luz.
El cuarto espacio es el que representa la salida hacia la realidad iluminada: esto vendría siendo la salida del cine, ya que el cine mismo es toda la caverna, con todas sus partes.
Toda la película está repleta de referencias dualistas, algunas escenas se dedican a mostrar las diferencias entre ambos mundos. 
Rita le propone ha Cecilia que escoja a Tom Baxter, que ha huido de la película, y no el actor, ya que el de la ficción es perfecto, a pesar de no existir (una curiosa refutación del argumento ontológico de larga tradición filosófica).   
  

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